La brecha de ingresos entre el 5 por ciento superior y el 20 por ciento inferior en el condado de Hidalgo ha incrementado a pesar del buen desempeño económico y un crecimiento estable de empleos.
Un reporte reciente de la Institución Brookings, una organización de política pública sin fines de lucro, ha clasificado
al Área Estadística Metropolitana de McAllen-Edinburg-Mission con la quinta proporción de inequidad de más alta en la nación. En su proporción 95/20, que toma en cuenta a los hogares obteniendo más que el 95 por ciento y aquellos obteniendo solamente más que el 20 por ciento de los otros hogares, el área metropolitana fue dada una proporción de 10.7 en el 2014, 0.9 más alta que en el 2007 y 0.2 más alta que en el 2013.
En un correo electrónico proporcionando datos sobre su reporte, Alan Berube, autor principal, alto miembro y subdirector del Programa de Política Metropolitana Brookings, destacó que la inequidad de ingresos generalmente refleja la estructura
económica de una ciudad o un área metropolitana. El ingreso obtenido por los trabajadores es producto de los tipos de industrias y trabajos que el lugar tiene, dijo Berube.
De acuerdo a un reporte proporcionado por Workforce Solutions, una mesa de desarrollo de la fuerza laboral de la Comisión de Fuerza Laboral de Texas (TWC por sus siglas en inglés), las industrias de educación, salud, gobierno, comercio y transporte emplean alrededor del 68 por ciento de la fuerza laboral.
Adicionalmente, datos de la Oficina del Censo de Estado Unidos muestra que sólo alrededor del 15.9 por ciento de las personas mayores de 25 años tienen una licenciatura, un requerimiento para la mayoría de los trabajos de alta cualificación.
“Lo que tenemos aquí es un gran número de personas con menos que una educación universitaria”, dijo Salvador Contreras, un profesor en el departamento de Economía y Finanzas en UTRGV. “[Tenemos] a un gran número de personas solo con educación de preparatoria”.
Niveles más bajos de educación podrían combinar otros factores que ayudarían a explicar por qué este nivel de inequidad existe, dijo Contreras.
El reporte de la Institución Brookings demuestra que el percentil 20 tuvo un ingreso promedio de $12,760 en el 2014, una disminución de 9 por ciento desde el 2007, el año antes de la Gran Recesión.
Aquellos que obtuvieron más que el percentil 95, por otra parte, obtuvieron un ingreso promedio de $136,570 en el 2014, una disminución de 1 por ciento desde el 2007.
“Claramente hay un fuerte indicador que la inequidad puede, quizás, ser un problema en el área”, dijo Contreras.
“El ingreso de los 20 inferiores bajó a lo largo del 2013, [y] también el de los 5 superiores. Lo hizo más inequitativo … ambos están siendo dañados aquí”.
Curiosamente, de acuerdo al Metro Monitor de la Institución Brookings, el cual mide y analiza tendencias económicas regionales, el área ha visto un incremento de 18.8 por ciento en su producto metropolitano bruto, o su producción económica, haciéndola la octava en la nación, y un incremento en empleo de 10.2 por ciento, haciéndola la número 20 en la nación. El salario promedio, sin embargo, ha crecido sólo 1.1 por ciento sobre el mismo periodo, haciendo al área la número 71 en la nación.
“Este crecimiento económico ha beneficiado al 20 inferior [muy poco]”, dijo Contreras. “Los más pobres no se han beneficiados, han sido dejados fuera de este incremento [en crecimiento]”.
Sin embargo, no todas son malas noticias.
“Los datos posiblemente indican que el crecimiento económico en el área está beneficiando a aquellos que están en el medio de la distribución de ingresos”, dijo Contreras. “Si ambos, el 20 inferior está perdiendo, y el 5 superior está perdiendo, el dinero tiene que ser redistribuido a otro lado, al menos como parte del ingreso”.
La inequidad de ingresos no es la misma en todos lados, dijo Berube, pero hay algunas acciones generales que los gobiernos locales pueden tomar.
Alinear el desarrollo de la fuerza laboral y educación superior para asegurarse que la gente esté preparada para los trabajos, considerar salarios dignos y mínimos en ciudades fuertes e impulsar el suministro de hogares a través de métodos incluyendo desarrollo orientado en el tránsito, zonificación inclusiva y exenciones de impuestos sobre las propiedades multifamiliares podrán reducir el impacto de la inequidad.