BY Rebeca Ortiz | EDITORA DE ESPAÑOL
Emma González se apodera de los oyentes, va metiéndose en nuestro ánimo y al poco tiempo nos sentimos transportados a las zanjas en que sus padres la dejaban guarecida mientras ellos, en pleno campo, se dedicaban a lo suyo, la recolección de productos del campo.
El pasado miércoles, la autora local, Emma González ofreció una lectura de su nuevo libro, “Field Mice: Memoirs of a Migrant Child,” en la cual habla de ese período de 10 años en el que vivió migrando por todo el país con su familia.
El evento que fue patrocinado por la revista literaria riverSedge y la Oficina de Participación Estudiantil fue presentado en ambos campus, empezando for Edinburg el pasado martes y posteriormente en Brownsville; presentación durante la cual González compartió las dificultades de la vida del niño migrante y la importancia de la educación como clave para una vida mejor.
“Es una historia muy importante, especialmente entre las familias migrantes asentadas aquí en el Valle donde existe una gran comunidad,” dijo el jefe de redacción de riverSedge, Robert Moreira.
La historia que relata González pareciera ser una de las miles de historias de los hijos de trabajadores agrícolas que tienen como orígen común ser trabajadores migrantes, con escasas posibilidades de tener un asentamiento permanente, y ello puede explicar que apenas a los nueve años asistiera por primera vez a una escuela, casi por el temor que le inspiró a su padre el patrón japonés con el que trabajaba, quien le había explicado que no tener a los hijos en la escuela podría conducir al padre a tener problemas con la ley.
“Al introducirme al mundo de la escuela, yo fui buscando un escape por medio de la educación, por medio de leer aventuras de otras vidas, de otros lugares”, dijo González. “Y ese era el escape que tenía. No importara a donde me llevaran, yo llevaba mi mente en otro mundo, en otra localidad y es como sobreviví la mayoría de mi tiempo en esos años”.
Moreira dijo que esperaba que los estudiantes sacaran de la plática “una pizca de lo que es ser un trabajador migrante, de ser miembro de una familia bajo esas duras condiciones y que sepan que la historia es real y que ocurrió en esta área y solo preguntando y hablando de estas cosas es que podremos concientizar, apreciar y honrar a las personas que pasaron por esas dificultades”.
La autora originaria de Edinburg, reconoce que en su propia superación mucho tuvieron que ver el consejo y el apoyo de algunos profesores que le insistieron en que no existe el fatalismo y que ella podría romper el círculo en que se había convertido su orígen y vida familiar.
“La educación, primariamente, fue lo que me sacó de esa vida, de ese modo de pensar en el que mi familia me rodeaba… todo el apoyo que me daban esas maestras, ‛tú puedes ser más que esto’… fue lo que me abrió la puerta del universo, el universo a la vista mía, de todo lo que era posible para mí y no nada más los zurcos de una milla de largo”, dijo González.
Yaribel Caraveo, la coordinadora del Programa de Liderazgo y Cambio Social, dijo que esperaba “que los estudiantes se hayan beneficiado, especialmente porque es una autora local y fue una niña migrante.”
“No solamente se pueden identificar con ella, sino que han atravesado por historias similares”, dijo Caraveo. “Es bueno para ellos saber que nuestra historia está siendo publicada, y a su vez, las personas están conociendo las historias y las dificultades por las que hemos pasado”.
González dijo que una de las cosas que aprendió mientras su familia se iba desmoronando era que en su hogar no iba a haber alguien que le fuera a brindar apoyo o la oportunidad de que siguiera adelante con su educación.
“Yo tenía que pelear por ese derecho que tenía de estudiar” dijo ella. “La única manera en que lo iba a hacer era si yo agarraba carácter … y ser persistente porque mi familia no me iba a dar una mejor vida, sino que yo tenía que buscarme una vida mejor”, ella dijo.
“Field Mice: Memoirs of a Migrant Child,” fue publicado por County Rd. 34 Publishings en el 2015 y cuenta con una versión para niños. Su secuela, “Path of Pearls,” será publicada en el 2017.
La autora ha impartido talleres para enseñar a los niños migrantes a leer y escribir y está programada para impartirlos en cinco escuelas de distinto distrito escolar en Hunstville a partir del próximo martes al 1ero de octubre.
Los talleres están destinados para los grados de 9no a 11vo y contarán con una conferencia en español para los padres en las tardes.
De igual manera, González será uno de los oradores principales del 39vo aniversario de la revista literaria riverSedge el próximo 6 de octubre, en el campus de Edinburg, donde publicarán su más reciente edición.
“Estamos muy emocionados de seguir avanzando y permitir que la revista siga representando a la universidad como escaparate de toda la literatura y el gran arte que existe, no sólo en el Valle, si no más allá,” dijo Moreira.
González dijo que siendo una niña pudo adquirir unas perlas falsas que siempre traía consigo y que constituían uno de sus principales juegos. Años de constancia, de trabajo esforzado, de peldaños incontables para ascender en la escala social y cultural le permitieron, 50 años después, tener un collar de perlas verdaderas y cuando, casi por casualidad regresó al lugar en que jugaba siendo una niña con sus perlas falsas, reparó en lo que le parecía un detalle sumamente aleccionador, consistente en que 50 años después, aquella niña, convertida en adulta exitosa, era dueña de perlas verdaderas.