Jacqueline Peraza | EDITORA-EN-JEFE
Natali Hernández, una estudiante de último año de comunicación en masas, dijo que ella ve el apoyo de sus padres y sus títulos universitarios desplegados en su casa como un factor de motivación para continuar con su educación.
Se le preguntó a Hernandez por qué decidió continuar con su educación.
“Mis dos padres tienen un título universitario entonces era algo como, una regla no escrita de que debo ir a la universidad, pero era algo a lo que también anhelaba”, ella respondió. “No quería ir al campo de trabajo y empezar a trabajar a la edad de 18. … Yo sé que si quería vivir una vida estable y tener un buen trabajo con una buena casa a una edad joven, a los 22, con suerte, la universidad iba a ser el trayecto para mi”.
El Centro Nacional para las Estadísticas Educativas (NCES, por sus siglas en inglés) reportó que la condición de la tasa de abandono escolar disminuyó para los hispanos de 16 a 24 años de edad desde un 21% en el 2006 hasta un 8% en el 2018.
Ana Peña-Oliva, una profesora de lingüística hispánica y especialista del programa de la licenciatura pregrado de español, dijo que una de las razones por las que la tasa de abandono escolar está disminuyendo es por el cambio del tipo de inmigrantes que están llegando a los Estados Unidos.
“Antes, muchos inmigrantes que venían a los Estados Unidos eran muchos trabajadores agrícolas o trabajadores viejos cualificados”, Peña-Oliva dijo. “Ahora, la inmigración ha cambiado. Muchos de los inmigrantes que vienen a los Estados Unidos son profesionales que han [recibido] una educación universitaria en sus países”.
Ella dijo que las personas inmigrando a los Estados Unidos entienden y creen en la importancia de la educación, así que ellos le pasan ese conocimiento a sus hijos.
“Ellos apoyan a sus hijos al proporcionarles ayuda financiera y los apoyan porque han ido a la universidad, así que son capaces de ayudar a sus hijos cuando están haciendo tarea”, Peña-Oliva dijo. “En otras palabras, los ayudan a remover obstáculos en caso de que no entiendan cómo hacer una tarea. Eso hace una gran diferencia. Y otra vez, porque son profesionales con una educación universitaria, quieren asegurarse de que sus hijos los tengan también. Esa es la razón por la que los apoyan y se aseguran de que no solo abandonen la preparatoria pero también continúen sus estudios en la universidad”.
Según la NCES, “desde del otoño de 1976 al otoño de 2017, el porcentaje de los estudiantes hispanos incrementó del 4% al 19% de todos los residentes de EE.UU inscritos en instituciones postsecundarias que otorgan títulos”.
Se le preguntó por qué cree que más hispanos se están inscribiendo a la universidad. Peña-Oliva contestó, recibir una educación universitaria es la clave para el éxito y los padres saben eso.
“Ellos alientan a sus hijos para continuar su educación al adquirir un título universitario”, ella dijo.
Hernández dijo que ella cree que la razón de la disminución de la tasa de abandono escolar y el incremento en las inscripciones pueden conectarse al incremento de recursos que las preparatorias le ofrecen a sus estudiantes y al fácil acceso a la tecnología.
“Cuando estaba en la preparatoria, ellos tenían este lugar llamado GO Center y ahí contrataban a alguien de una universidad y ellos venían y nos ayudaban con nuestras solicitudes para la universidad, y ellos nos inscribían en clases de doble inscripción (dual enrollment)”, ella dijo. “Sé que eso ayudó a muchos estudiantes a tener información cuando estaba en la preparatoria. Y la tecnología que ahora tenemos, nuestros celulares nos dan más acceso a la información que nos facilita obtener una educación”.
Hernández dijo que ir a la universidad como una estudiante de pregrado a veces es difícil para su salud mental, pero a pesar de la pandemia, su perspectiva para continuar con su educación ha cambiado.
“Como una estudiante de último año, he aprendido a disfrutar de mis clases”, Hernández dijo, “Especialmente, ahora, en esta pandemia, es una de las cosas que me motivan a levantarme temprano por la mañana, para caminar afuera, para hacer mi tarea, para hablar con mis compañeros y mis amigos con los que tengo clases. Me da algo por lo que seguir adelante”.
Peña-Oliva dijo que hoy los estudiantes hispanos reconocen la importancia de la educación. Ellos vienen bien informados y preparados a la universidad de la preparatoria, y tienen el apoyo completo de sus padres.
“Si los padres creen en la educación, ellos van a alentar a sus hijos a estudiar”, ella dijo. “Entonces, [desde que] son jóvenes ellos van a entender el valor de la educación”.
Se le preguntó por quién está continuando su educación, Hernández contestó, por su abuela paterna.
“Estoy continuando con mi educación para que ella pueda decir que tiene una nieta que tiene una licenciatura”, ella dijo. “O sea, ella tiene otro tres nietos que tienen una licenciatura pero solo quiero seguir añadiendo a su lista. Ella en serio impactó mi vida y esta es la manera en la que puedo pagarle por todo todo lo que ha hecho por mi”.
Las otras dos personas por las que Hernández tiene como meta alcanzar una licenciatura son sus padres.
“Mi mamá, ella es una guerrera”, ella dijo. “Ha pasado por mucho en su vida y tiene una maestría y yo la vi tomando clases en línea de Sam Houston State University. Veo sus diplomas en las paredes de nuestra sala y estoy como, ‘Wow, yo quiero uno de esos’. Mi papá también fue a [la universidad] de Texas State. Veo sus diplomas también y él siempre me ha enseñado, ‘Lo que sea que quieras hacer en tu vida, ve y alcánzalo, y no tengas miedo de pedir ayuda’”.
Hernández dijo que la universidad es una experiencia gratificante y que los estudiantes no deberían rendirse.
“La universidad, puede ser difícil y es una lucha pasar por ella … pero al final es gratificante y nadie debería rendirse”, ella dijo, “Es como una manera de mantenerse jóvenes”.
—Traducido por Paulina Longoria