Para evitar perder financiación federal para investigación, las universidades tendrán que acatarse con la nueva orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump, la cual requiere que las instituciones de educación superior promuevan la libertad de expresión en sus campus.
“El dinero de los contribuyentes no debería subsidiar a las instituciones en contra de la Primera Enmienda”, dijo Trump durante la ceremonia previa a la firma de la orden ejecutiva el 21 de marzo en la Casa Blanca. “Las universidades que deseen dinero de los contribuyentes deberían promover la libertad de expresión, no la libertad de expresión silenciada”.
Trump firmó la orden ejecutiva titulada, “Improving Free Inquiry, Transparency, and Accountability at Colleges and Universities” (Mejorando la Libertad de Indagación, Transparencia, y Responsabilidad en Colegios y Universidades), la cual tiene como objetivo “mejorar la calidad de la educación post-secundaria haciéndola más accesible, más transparente, y más responsable”, de acuerdo con la orden.
Sin embargo, ha habido confusión acerca del significado de esta orden ejecutiva, ya que las universidades en Estados Unidos ya siguen la Primera Enmienda, la cual garantiza la libertad de religión, expresión, asamblea y el derecho de petición.
“Realmente, no debería de tener ningún efecto, legalmente hablando, ya que la Primera Enmienda ya cubre esta cuestión”, dijo Charles Olney, un profesor de ciencia política de UTRGV. “Las universidades públicas no pueden discriminar en base al contenido de la expresión”.
Olney dijo que las universidades podrían experimentar un efecto conocido como “chilling effect” o “efecto moderador” como resultado de la orden ejecutiva de Trump.
“No es que regules la expresión explícitamente, pero creas un ambiente
donde la gente está preocupada y dicen, ‘No quiero que me investiguen. No quiero ponernos en peligro. Mejor no hay que arriesgarnos’”, dijo él. “Así que, si hay un efecto, es probable que sea ese”.
En una entrevista con The Rider, Patrick Gonzales, vicepresidente auxiliar de comunicaciones publicitarias de UTRGV, dijo que no cree que esta orden ejecutiva afecte a la universidad.
“Dicho esto, sé que parte de la orden ejecutiva indica que el presidente les dio a ciertos departamentos federales el derecho de implementar pólizas y procedimientos en base a la libertad de expresión”, dijo Gonzales. “Hasta donde yo sé, estas no han sido anunciadas por los departamentos. Así que, tú sabes, obviamente, tendremos que esperar y ver lo que ellos desarrollen para esta orden ejecutiva y tendremos que cumplir con estas como se necesite”.
La orden no creará una norma más estricta hacia la libertad de expresión en los campus de las universidades, pero “simbólicamente, esta da a entender, ‘Mantendremos los ojos abiertos hacia esto. Los estamos observando’”, Olney dijo.
Al preguntarle si el gobierno federal es capaz de interrumpir la financiación para las universidades que no cumplan con los requisitos de la orden ejecutiva de Trump, él contestó, “No puedes nada más quitarles arbitrariamente los fondos que ya han sido asignados o determinados, pero una gran cantidad de los fondos federales para proyectos de investigación son administrados por el poder federal. … Creo que, si nada cambia en particular, en cuanto a lo que los campus están haciendo, y luego el presidente dice, ‘Debido a esta orden ejecutiva, les quitaré $75 millones de dólares en fondos’, probablemente habrá una demanda”.
Gonzales dijo que UTRGV continuará respetando la Primera Enmienda.
“Nuestra postura es continuar haciendo lo que actualmente hacemos cuando se trata de libertad de expresión en la universidad”, dijo él. “Como universidad pública estatal, debemos adherirnos a la Primera Enmienda y a las legalidades que vienen con ella, y eso es lo que hemos estado haciendo y eso es lo que vamos a hacer”.
Respecto a la ejecución de la orden, Olney dijo que esto no se ha especificado.
“Es muy difícil saber, ya que la libertad de expresión es una cuestión muy amorfa”, él dijo.
Hay muchas investigaciones sobre este tema que prueban que la libertad de expresión no es un problema en los campus universitarios, Olney dijo.
“La investigación que se ha hecho sobre esta cuestión ha sido bastante conclusiva para decir que no existe ninguna crisis de libertad de expresión”, dijo él. “Obviamente, siempre podemos mejorar … pero no está claro si existe un problema que necesite ser resuelto”.