Unos meses después de perder a su madre por cáncer de mama, Diana Garza, residente de Donna, fue diagnosticada con la etapa cero de la enfermedad a los 34 años en mayo de 2014.
La enfermera registrada y madre soltera de dos hijas dijo que fue difícil recibir la noticia de su diagnóstico.
“Una vez [el médico] me dijo que tenía cáncer, sé que siguió hablándome, pero no lo recuerdo”, dijo. “Para mí, nunca dijeron nada. Decidí no decirles a mis hijas ni a mi papá hasta que supiera un plan porque soy madre soltera”.
La primera persona con la que Garza compartió la noticia fue una amiga que tenía una hija en la misma escuela que sus hijas, Danna y Daphne Baez.
“La hija [de mi amiga] le dijo a toda la clase y [mi hija] Daphne salió corriendo del autobús llorando y diciendo, ‘¿Tú también te vas a morir?’”, dijo Garza. “Entonces, tuve que hablar con ellas y les dije, ‘No me voy a morir. Tenemos que orar. Tenemos que mantener nuestra fe’”.
Ella dijo que decidió nunca dejar a sus hijas fuera sin importar cuál difícil fuera la decisión o la noticia.
Danna Baez, estudiante de primer año de ciencias del ejercicio, tenía 10 años cuando a su madre le diagnosticaron cáncer de mama.
Báez estaba en estado de shock cuando recibió la noticia.
“Las cosas que me venían a la cabeza eran, ‘¿Oh, mi mamá también va a morir?’”, dijo. “Yo era joven, así que realmente no [sabía] mucho sobre el cáncer”.
La hermana de Baez, Daphne, tenía 8 años cuando su madre fue diagnosticada.
Ella dijo que fue algo inesperado para ella.
“Lo primero que se me ocurrió fue, como, ‘¿Vamos a tener que asistir a otro funeral? ¿Voy a crecer sin una madre?’”
Garza dijo que estaba consciente de la importancia del autoexamen.
“Mi mamografía fue normal y mi ultrasonido fue normal, pero como conocía mi cuerpo, supe que algo andaba mal y tuve que buscar la ayuda de cuatro médicos porque los tres primeros me dijeron que no era nada”, dijo. “[No] fue hasta el cuarto médico [que] encontraron el tumor a través de una resonancia magnética. … Tienes que mirarte en el espejo, no solo sentir sino saber el color [y] el tamaño”.
El Dr. Vijian Dhevan, profesor asistente en el Departamento de Cirugía de la Facultad de Medicina de UTRGV y vicepresidente de Asuntos Clínicos, dijo que el autoexamen es importante.
“Soy un gran defensor de los autoexámenes de los senos para conocer tu propio cuerpo”, dijo Dhevan. “Una vez al mes, cuando te estés duchando, solo mírate. Todo comienza con el paciente mirando su cuerpo, tocándolo, examinándolo. Eso no cuesta dinero”.
Dijo que los hombres también pueden desarrollar cáncer de mama.
“La gente piensa, ‘Oh, el cáncer de mama es solo para mujeres’”, dijo Dhevan. “Ese no es el caso. Los hombres pueden desarrollar cáncer de mama. El problema con los hombres que desarrollan cáncer de mama es que los hombres pensamos: ‘Oh, no, este cáncer de mama es una enfermedad de mujeres. Esto no es nada de lo que siento’. Luego esperamos y cuando realmente vamos a buscar atención, ya es demasiado tarde”.
El alienta a las mujeres a comenzar a hacerse pruebas de detección de cáncer de mama a los 40 años.
Garza dijo que optó por una mastectomía doble con una reconstrucción en agosto de 2014.
“Pasé por un proceso en el que me dejaron expansores”, dijo. “Son bolsitas dentro de la piel y cada dos semanas las extendían [y] ponían un poco de agua, solución salina, y luego se hacía el procedimiento final para colocar los implantes mamarios en diciembre de 2014”.
Debido a que fue diagnosticada a tiempo, Garza no tuvo que someterse a quimioterapia o radiación.
Ella dijo que fue difícil perder sus senos.
“Tenía que ser fuerte”, dijo Garza. “Les dije: ‘Mira, Mami está perdiendo su pecho, pero eso no me impide ser mujer. Eso no me define [como] una mujer. Sigo siendo una mujer pero primero soy tu madre. Entonces, tengo que hacer esto porque si me quito el seno, tengo más posibilidades de vivir’”.
La Fundación del Cáncer del Renacimiento (Renaissance Cancer Foundation) en Edinburg la ayudó económicamente.
“Son la única asociación en el Valle [del Río Grande] que los fondos van a los pacientes, así que pagaron mi hotel por dos semanas”, dijo Garza. “También pagaron mi primera visita al oncólogo porque no tenía seguro”.
Dijo que tenía miedo de que su cáncer avanzara y no pudiera pagar su tratamiento.
“Llamé a MD Anderson [Centro de Cáncer en Houston] y dije: ‘¿Cuánto cobran?’”, dijo Garza. “Me pidieron $34,000 como pago inicial. … No tenía seguro médico y dije, ‘¿Me voy a morir?’ Pero luego llamé a la Fundación del Cáncer [y] me orientaron [y] me enviaron a Medicaid para el cáncer de mama”.
El 30 de septiembre, Garza completo ocho años de estar
libre de cáncer.
Daphne dijo que era doloroso no poder estar con su madre.
“Me gustaría acurrucarme con ella y estar allí con ella, pero no pudimos porque incluso sentarnos en el sofá la lastimaba”, dijo Daphne. “Creo que lo que me ayudó mucho fue que pude ayudarla. Limpié su drenaje. Registre cuánto drenaba y todo”.
Ella recuerda la noche antes de la cirugía de su madre.
“Básicamente vivimos en un hotel por un tiempo y recuerdo que fuimos a Target la noche antes de su cirugía y fue como, ‘Bueno, ¿Es esta la última [vez] que ella me iba a comprar [algo]?’ Porque, obviamente, hay riesgos en una cirugía”.
Baez anima a la comunidad a crear conciencia sobre el cáncer de mama.
“Podemos recaudar fondos para más investigación porque muchas mujeres en los Estados Unidos son diagnosticadas todos los días”, dijo. “Vi [que] cada dos minutos una mujer descubre que tiene cáncer de mama. Creo que para crear conciencia, necesitamos recaudar fondos, hacer más caminatas. También tenemos que hacer más eventos [para] informar a las mujeres”.
En conmemoración al Mes de Concientización sobre el Cáncer de Mama y para promover los recursos de bienestar en el campus, el Centro de Recreación de la Universidad organizará una Fiesta de Baile Zumba y Exposición de Bienestar de 6 a 7:30 p.m. el 20 de octubre en el campus de Edinburg. Los primeros 100 asistentes recibirán una camiseta del evento de cortesía. El evento está abierto al público.
Para obtener más información, envíe un correo electrónico a recfitness@utrgv.edu.