Maria Guadalupe Gonzalez fue capaz de comprarle su primer teléfono y computadora a su hija gracias a su trabajo como conserje nocturno en la universidad, donde ha trabajado por 11 años.
“Para mí [trabajar aquí] es importante porque me dio la oportunidad de sacar adelante a mis hijas y porque … día a día me da mucho gusto ver a los muchachitos que están luchando mucho por salir adelante”, dijo Gonzalez.
Ella reside en Hidalgo con su esposo, Jose Luis Gonzalez. Empieza su día agradeciendo a Dios y llevando a cabo su rutina diaria, la cual incluye cocinar y cuidar su jardín.
Después Gonzalez maneja una hora al campus de Edinburg y trabaja de 6 p.m. a 3 a.m.
Se le preguntó si su horario de trabajo era pesado. Ella contestó, “No, o sea, soy como que nomás ama de casa. Como mis hijas no están conmigo pues nomás me levanto, almuerzo, hago mi comida para cuando mi esposo llegue del trabajo, andar en mi jardín limpiando afuera y esperar tiempo para venir a trabajar”.
Como conserje nocturno, Gonzalez es responsable de limpiar, barrer y trapear una variedad de espacios de oficina, edificios y baños.
“Mi cosa favorita es mantener siempre bien limpios mis baños para que todos los muchachitos que están aquí entren a un baño limpio”, ella dijo. “Pienso que es lo más importante. O sea, todo es importante en el campo, pero para mí, primordialmente los baños que estén muy limpios”.
Además de poder mejorar la vida de sus hijas, Gonzalez dijo que trabajar la convierte en una mejor persona.
“Me ha dado la oportunidad de tener la satisfacción de haber hecho algo bueno en mi vida”, ella dijo.
Desde que empezó a trabajar en la universidad, uno de los recuerdos favoritos de Gonzalez es ver a los estudiantes cómodos y productivos en el campus gracias al ambiente limpio que los rodea.
Carlos Chavez, director asistente de Mantenimiento y Funcionamiento de Instalaciones, recuerda haber hablado con Gonzalez y haber sido inspirado por su pasión, determinación y amor hacia sus hijas.
“Ella me dijo, ‘Amo lo que hago. Es un trabajo de limpieza, pero me ayudó a poner a mis hijas en el colegio—y eso para mí es gratificante. Lo que a mí me importa es que mis hijas tengan una mejor vida que yo, gracias a que yo tenga este trabajo’, y eso es lo que me puso a pensar”, dijo Chavez.
Para Gonzalez, su trabajo es más que simplemente venir a trabajar. Es ser capaz de proveer para sus hijas, Candy Sheila Gonzalez, quien obtuvo su maestría en comunicaciones en la institución legado UT Pan American en 2013 y es ahora maestra, y Jaqueline Gonzalez, quien obtuvo una licenciatura en justicia penal en UTRGV y obtuvo un título en una escuela de leyes.
Adicionalmente, ella insta a sus compañeros de trabajo a mantener un trabajo consistente y ser positivos diariamente.
“Pues que vengamos a hacer nuestro trabajo como debe de ser”, Gonzalez dijo. “Que siempre vengamos con ganas de seguir haciendo cada día mejor”.
Para la comunidad del campus, ella les aconseja estar agradecidos por cualquier oportunidad que reciban y a ayudar a sus hijos a tener éxito.
Además de agradecer a Dios y a la universidad por haberle dado el medio para apoyar a sus hijas con los recursos para conseguir su carrera ideal, ella también enfatiza la importancia de la educación e insta a los estudiantes actuales a seguir sus sueños.
“El comentario que tengo es nomás decirles a los niños que sigan adelante, que luchen por sus sueños”, dijo Gonzalez. “Que no porque un día están muy cansados dejen de seguir estudiando. Que sigan estudiando y que sigan sus sueños a donde quiera que los lleven porque se les va a dar la oportunidad para tener una mejor vida”.